Imaginemos por un momento ¿Qué diría Samuel Alejandro, en su primer día de clases y su condición de Hemofílico?
Samuel Alejandro: Papá, que emoción mi primer día de clases, pero mis amiguitos no llevan puestas estas rodilleras y coderas, y porque yo sí?
Mamá y Papá: Hijo, debes llevar puestos tùs rodilleras y coderas, para que protejas, tùs articulaciones, si están bien protegidas y con previsiones básicas durante tú crecimiento garantizarás que tengas un cuerpo normal en el futuro, lo puedes confirmar con otros niños con Hemofilia que han practicado esto. Así tu cuerpecito crecerá sano y fuerte.
Samuel Alejandro: Papá, la maestra me agarra mucho de la mano y no me deja jugar con mis amiguitos, Porque?
Mamá y Papá: Samuel hijo, tùs amiguitos y maestra necesitan conocer la Hemofilia…! Ser diferente hoy, te hará màs fuerte mañana ¡
“Tenemos que aprender a vivir con esta condición de tener Hemofilia, no renegar de ella porque no la podemos desaparecer, si la aceptamos con amor y prevención podemos tener una vida normal….mamá y papá, te quiero mucho”…Samuel! (Adaptado y tomado de la Revista, Hemofilia Niños, Nubia Luque, 2002).
Estas pinceladas continuaràn…
Mi hijo, es hemofílico, y ahora que Hago.? Mi Hijo naciò un 21 de Marzo del 2013, su mami y yo le pusimos como nombre de pila Samuel Alejandro Prado Pereira, Samuel por ser nombre del Profeta Samuel, que significa “hijo aclamado por Dios” y Alejandro por que la combinación del nombre fue toda una bendición. Llego al mundo a las 9:30 am de ese día asoleado y ansiado por todos, mi efusivo padre estaba junto a mí a la espera de su alumbramiento, y su mamà ingreso horas antes a la clínica Santa Rosalía ubicada en la ciudad de San Juan de los Morros, la cual junto a su equipo humano se portó a la altura de tan importantísimo acontecimiento, traerlo al mundo sanito y salvo. Y con la gracia de Dios omnipotente y misericordioso naciò, fue tal la emoción que no sabía si llorar, si reír, si gritar, eran tantos sentimientos encontrados, que corrí a decirle a papà que aguardaba en la habitación Nro. 01 de la Santa Rosalía, a darle la noticia de que mi hijo, Samuel había nacido, exclamándole: ¡P
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